Gijón tiene para muchos mayor encanto que Oviedo, y aunque incluso el que escribe estas líneas es carbayón como Herrerita, mítico jugador del Real Oviedo de otros tiempos, tenemos que rendir pleitesía a uno de los concejos más valiosos del Principado. Gijón tiene playa, y Gijón tiene todo. Así que para todo, necesitamos estar cerca. Su agenda cultural, su gastronomía, sus muchas empresas e industrias que tantos puestos de trabajo crean, y una red de infraestructuras envidiable para otras zonas de Asturias, no hacen más que constatar la necesidad de vivir tan cerca de aquí como se pueda, y esto vale aún más si conseguimos encontrar un lugar donde vivir rodeado de verde, de buenas vistas y servicios lo más cercanos posible.
Pero, además, al hablar de Picún, nos viene a la mente que aquí es donde se encuentra una de las dos casas mariñanas protegidas. Este tipo de casas se extiende por los concejos de Les Regueres, Llanera, Oviedo, Siero, Noreña, Gijón y con alguna variante Villaviciosa. La planta es siempre rectangular, con cubierta de tejas a dos aguas y caballete paralelo a la fachada principal, orientada al Sur o al Este. Se construye con manpostería caliza o arenisca que puede dejarse vista o revocarse.
A un lado de la carretera, la Casa de Los Valdés. Al otro lado, esta casa de pueblo de dos plantas de la que podemos sacar mucho, pero mucho partido. En una parcela de 2000 m2, en la que aún podríamos ampliar la edificabilidad de esta casa, descubrimos esta casa de dos plantas que suman 140 m2, siendo 70 m2 por planta.
Abajo, una cocina con muro de piedra vista con cocina de leña, una entrada amplia, un cuarto de baño completo y un dormitorio. Arriba, otros tres dormitorios, los tres de buen tamaño, amueblados y luminosos. Aún queda hueco para el acceso al bajo cubierta, donde, a pesar de no sacar mucha altura, podríamos sacar a la vista un techo alto, o aprovechar esta zona, como en muchas casas, de trastero o almacén.
Esta casa necesita reforma, pero ésta tiene muchas posibilidades, al no haber copado toda su edificabilidad, y al contar con parcela suficiente para disfrutar al máximo de lo que hoy en día más se demanda. La carretera, que pasa justo junto a la casa, no cuenta con apenas tráfico diario, y la tranquilidad que se respira se puede comprobar a diario.
Frente a la casa, y rodeada por un muro bajo de piedra.
