Casa tradicional en el Cabañal
Esta casa cuenta con una ubicación excelente. La propiedad ha sido reformada por lo que cuenta con una estructura saneada lista para vivir o explotar. Contamos con dos unidades en la planta superior, una de ellas como vivienda principal de 3 habitaciones, dos cuartos de baño, cocina abierta al salón. Se trata de un apartamento muy amplio y luminoso. Tiene calefacción en toda la casa, con placa solar y caldera marca Vallant para el suministro de agua caliente y calefacción. Esta vivienda tiene aire acondicionado en el dormitorio principal y en el comedor. A destacar la orientación este con vistas despejadas que hará que la propiedad se inunde de luz natural todas las mañanas. Este piso contaría con entrada independiente del resto de dependencias. La otra unidad ubicada en el primer piso, con entrada independiente y Licencia Turística, cuenta con dos habitaciones amplias, una habitación individual, cocina abierta al salón, y un amplio cuarto de baño. Esta vivienda cuenta con aire acondicionado en cada habitación, el comedor y el salón. Reformado y listo para su entrada. La planta baja tiene 190 metros cuadrados y actualmente se trata de un negocio en funcionamiento. La ubicación es excelente, en plena calle La Reina y Dr LLuch, dos de las calles principales y mejor pronóstico del barrio en temas de ocio, y calidad de vida.
La historia valenciana va unida a la de este barrio marítimo. El Cabanyal-Canyamelar llegó a ser un municipio independiente en el siglo XIX, bajo el nombre de Pueblo Nuevo del Mar. Todavía hoy es un barrio de pescadores, protagonista de las estampas más costumbristas, donde la vida tiene otro ritmo. Su valor arquitectónico es inconmensurable. En el Cabanyal hay barracas, casitas de pescadores, fachadas de azulejos, edificios de colores y estructuras modernistas. Desde la Lonja de Pescadores al Mercado del Grao; pasando por las viviendas de la calle de Sant Pere, La Reina o Escalant; e incluso la zona del Progrés y Amparo Guillem. La particular planta de sus edificios y la disposición de su urbanismo (los callejones son casi un laberinto) también son responsables de un clima social y un estilo de vida muy auténtico, casi extinguido en las grandes metrópolis. En los últimos tiempos, además, un sentimiento distinto se extiende por sus calles. Las nuevas generaciones han vuelto la mirada hacia la zona de la playa, no solo para comprender su valor, sino para enriquecerlo a través de propuestas culturales. Como ha pasado con otros barrios alrededor del mundo, el sentimiento bohemio ha impulsado un renacimiento. La zona ya cuenta con una red que implica a colectivos de arte y compañías de teatro con numerosos proyectos en marcha. Un barrio con una historia enorme y una proyección inmejorable.
