¿No te pasa que si percibes el olor del mar, ya sabes que ese día promete? Imagínate disfrutar de esa garantía nada más despertar, qué delicia ¿verdad? A mí me parece magia.
Algunas personas pueden experimentar un sentido al mismo tiempo que otro, lo llaman sinestesia. Yo nunca he tenido tan claro que también podía hasta que entré en esta casa y saboreé el aroma a mar de esta magnífica joya del mediterráneo.
Esta maravillosa villa se encuentra en una pequeña urbanización en el municipio de l'Ametlla de Mar, encantador pueblo pesquero conocido por tener algunas de las calas más bonitas de la Costa Dorada y ofrecer una excelente gastronomía.
Situada en primerísima línea de mar, tiene acceso directo mediante un pequeño sendero de pocos metros a una tranquila y encantadora cala de agua cristalina y dimensiones reducidas, rodeada de paredes rocosas formando acantilados rojizos.
Esta magnífica villa goza de unas vistas realmente privilegiadas en la mayoría de sus estancias.
Desde el salón-comedor podemos ver el mar y los acantilados con vistas panorámicas a través de sus 6 grandes ventanales dotados de persianas eléctricas y doble acristalamiento, desde el cual accedemos a una amplia terraza con porche, habilitado como comedor exterior, con capacidad para 8 personas y con vistas a la piscina, al mar y al jardín.
Si continuamos por la otra esquina de la sala, pasamos a un maravilloso espacio que hemos denominado como "balcón al mar", ideal para desayunar o ver el atardecer.
La cocina, renovada recientemente, es abierta, con gran capacidad y está totalmente equipada con electrodomésticos de alta gama.
Dispone de un total de 4 amplios dormitorios, 2 en la misma planta, otro tipo suite en la planta superior con acceso a una bonita terraza y, la última, con acceso independiente desde el jardín y con capacidad para 3 camas y baño propio, se encuentra en un espacio independiente idílico para emplearse como habitación de invitados.
La parcela tiene una superficie total de 900m. En la zona exterior encontramos una piscina privada rodeada de un frondoso y cuidado jardín que le proporciona la privacidad propia de un oasis, duchas, dos barbacoas y espacio de almacenamiento perfecto para guardar el mobiliario de la piscina.
Al ser una zona con pocos vecinos se puede aparcar fácilmente en el exterior, pero en el interior de la parcela hay espacio suficiente para dos coches.
Ven a descubrirla visitándola, porque cuando percibas el olor a mar tan próximo... ¡Sinestesia!
